Descubre los mejores lugares que ver en el Vaticano, así como la mejor forma de llegar en transporte público desde Roma.
La historia del Vaticano es una fascinante travesía a través del tiempo, que comienza mucho antes de que se convirtiera en el corazón espiritual del mundo católico. Este pequeño estado tiene sus raíces en la antigua Roma, específicamente en la colina Vaticana, que no formaba parte de las siete colinas tradicionales de la ciudad. En el siglo I, San Pedro, uno de los apóstoles de Jesucristo y considerado el primer Papa, fue martirizado y enterrado en este lugar. Sobre su tumba, el emperador Constantino, el primer emperador romano en convertirse al cristianismo, mandó construir una basílica en el siglo IV, conocida como la Basílica de San Pedro. Este acto marcó el inicio de la importancia religiosa del área.
A lo largo de los siglos, el Vaticano fue ganando en relevancia, especialmente durante la Edad Media, cuando se convirtió en el centro de la cristiandad occidental. Durante este tiempo, la residencia papal se encontraba en el Laterano, pero las basílicas y las iglesias continuaron floreciendo en el área. El verdadero cambio llegó en el Renacimiento, un período de gran esplendor para el Vaticano. Los Papas de esta época, como Julio II y León X, fueron grandes mecenas del arte y la cultura, atrayendo a artistas como Michelangelo, Rafael y Bramante. La Basílica de San Pedro, tal como la conocemos hoy, comenzó a tomar forma durante este tiempo, y Michelangelo dejó una huella imborrable con su obra en la Capilla Sixtina.
La relación entre el papado y los estados italianos fue a menudo conflictiva, especialmente durante el siglo XIX, cuando Italia se unificó. En 1870, Roma fue anexada por el Reino de Italia, lo que dejó al Papa en una situación incierta. Este conflicto se resolvió en 1929 con los Pactos de Letrán, un acuerdo entre la Santa Sede e Italia que reconoció la soberanía del Vaticano como un estado independiente.
Lugares que ver en el Vaticano
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1. Plaza de San Pedro (Piazza San Pietro)
La Plaza de San Pedro fue diseñada por el arquitecto Gian Lorenzo Bernini entre 1656 y 1667 bajo el patrocinio del Papa Alejandro VII, con la intención de proporcionar un entorno grandioso y acogedor para los fieles que acudían a la basílica. La plaza es famosa por su diseño elíptico, flanqueado por columnatas en cuatro filas que parecen abrazar a los visitantes.
Desde su inauguración, la Plaza de San Pedro ha sido el escenario de numerosos eventos históricos y religiosos de gran relevancia. Por ejemplo, en el año 1981, la plaza fue testigo del atentado contra el Papa Juan Pablo II. El 13 de mayo de ese año, el pontífice fue gravemente herido por disparos efectuados por Mehmet Ali Ağca, un incidente que conmocionó al mundo y que marcó un punto importante en la historia moderna del Vaticano. Tras una larga recuperación, Juan Pablo II volvió a la plaza para ofrecer su perdón al agresor, un acto de profunda misericordia y reconciliación. Otro momento significativo en la historia de la plaza fue la celebración del Concilio Vaticano II entre 1962 y 1965. Este concilio ecuménico, convocado por el Papa Juan XXIII, trajo consigo importantes reformas en la Iglesia Católica y transformó la relación de la institución con el mundo moderno.
Entre las anécdotas más curiosas, se encuentra la historia del obelisco que se alza en el centro de la plaza. Este obelisco de granito rojo, que data de la antigua Egipto y fue erigido en su ubicación actual en 1586 por el Papa Sixto V, fue traído a Roma por el emperador Calígula en el año 37 d.C. Se cuenta que durante su traslado, Bernini dispuso que el obelisco no se moviera hasta ser colocado perfectamente en su lugar, supervisando personalmente el proceso.
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2. Guardia Suiza (Guardia Svizzera)
La Guardia Suiza del Vaticano, cuya función es la protección del Papa y la seguridad de la Ciudad del Vaticano, es una de las fuerzas militares más antiguas y emblemáticas del mundo. Fue establecida en 1506 por el Papa Julio II, en un contexto de conflictos y amenazas para el papado. Pero, ¿por qué soldados suizos? La elección se debió a la reputación de los mercenarios suizos en el Renacimiento, conocidos por su disciplina, lealtad y habilidades en combate. Los requisitos para ingresar a la Guardia Suiza son estrictos. Los aspirantes deben ser ciudadanos suizos, varones, solteros (hasta después de cierto tiempo de servicio, cuando pueden casarse con permiso), de fe católica, haber completado el entrenamiento militar suizo, y medir al menos 1.74 metros de altura. Además, deben tener una buena reputación y un carácter intachable.
Su vestimenta es una de las características más distintivas y reconocibles. El uniforme actual, diseñado en 1914 por el comandante Jules Repond, se inspira en los patrones del Renacimiento y refleja una mezcla de colores vibrantes: azul, rojo, amarillo y naranja. La creencia popular de que fue diseñado por David de Michelangelo es, sin embargo, un mito.
3. Basílica de San Pedro (Basilica Papale di San Pietro)
Como se ha explicado al inicio de este post, todo comenzó en el siglo IV cuando el emperador Constantino decidió erigir una basílica sobre la tumba de San Pedro, uno de los doce apóstoles de Jesús y considerado el primer Papa. Esta primera basílica, aunque impresionante para su época, fue sustituida en el siglo XVI, cuando el Papa Julio II tomó la decisión de construir una nueva basílica, más grandiosa. Varios de los más grandes genios del Renacimiento participaron en el diseño y construcción de la Basílica de San Pedro. Bramante fue el primero en tomar las riendas del proyecto en 1506, seguido por artistas de renombre como Rafael, Michelangelo y Bernini. Michelangelo, en particular, dejó una huella indeleble al diseñar la imponente cúpula que hoy define el horizonte de Roma. Bernini, por su parte, contribuyó con la magnífica columnata que abraza la Plaza de San Pedro, creando un espacio que simboliza los brazos abiertos de la Iglesia acogiendo a sus fieles.
Dentro de la basílica, se encuentran tesoros artísticos y reliquias de inestimable valor. Una de las obras más destacadas es la "Piedad" de Michelangelo, una escultura que muestra a la Virgen María sosteniendo el cuerpo de Cristo después de la crucifixión. Esta obra maestra, tallada en mármol, es un testimonio del genio de Miguel Ángel y una de las piezas más conmovedoras del arte renacentista.
💰 Entrada: GRATUITA.
4. Cúpula de la Basílica de San Pedro (Cupola della Basilica di San Pietro)
Visitar la cúpula de la Basílica de San Pedro en el Vaticano es una experiencia que ningún viajero debería perderse. Hay dos opciones para el ascenso: subir los 551 escalones a pie o tomar el ascensor que reduce el recorrido a aproximadamente 320 escalones. Durante la subida se atraviesan pasillos estrechos y escaleras empinadas en espiral, pudiendo observar de cerca los intrincados mosaicos y frescos de la cúpula, diseñada por Michelangelo.
Al alcanzar la terraza, justo debajo de la cúpula, los visitantes tienen una vista espectacular del interior de la basílica. Desde esta altura, se puede apreciar la magnitud del espacio sagrado, los altares decorados y los numerosos detalles artísticos que adornan el interior. El tramo final hacia la cima de la cúpula es más estrecho y empinado, pero la recompensa al llegar a la plataforma de observación es inigualable. Desde allí, se obtiene una vista panorámica de 360 grados de Roma y el Vaticano. Se puede ver la vasta extensión de la Plaza de San Pedro, el Tíber serpenteando a través de la ciudad y numerosos puntos de referencia históricos y culturales que definen el horizonte romano. Las vistas son particularmente impresionantes al amanecer o al atardecer, cuando la luz suave baña la ciudad en tonos dorados.
💰 Entrada: 10 euros (con ascensor, 8 euros sin ascensor). Dada la popularidad de Roma, es bastante habitual que las entradas se agoten, motivo por el cual, es aconsejable reservar anticipadamente para asegurar tu plaza. Puedes hacerlo pulsando AQUÍ.
5. Museos Vaticanos (Musei Vaticani)
La historia de los Museos Vaticanos se remonta al Renacimiento, cuando los papas comenzaron a coleccionar y exhibir obras de arte y objetos históricos. Fundados oficialmente por el Papa Julio II en el siglo XVI, estos museos albergan algunas de las obras más prestigiosas del mundo, obtenidas a través de excavaciones arqueológicas, compras y regalos a lo largo de los siglos.
💰 Entrada: 25 euros (puedes reservar en su web oficial pulsando AQUÍ). ¿La fecha en la que quieres visitar los museos Vaticanos no está disponible? No te preocupes, es algo muy habitual dada la popularidad de los mismos. Reserva una visita guiada y no te quedes con las ganas de esta visita pulsando AQUÍ.
Museo Gregoriano Etrusco
El Museo Gregoriano Etrusco, fundado por el Papa Gregorio XVI en 1837, alberga una vasta colección de artefactos etruscos, incluyendo cerámicas, bronces y sarcófagos. Esta colección ofrece una visión profunda de la cultura etrusca que precedió a la romana en la región del Lacio.
Museo Gregoriano Profano y Pio-Cristiano
El Museo Gregoriano Profano contiene obras de arte grecorromano y esculturas clásicas. Establecido también por el Papa Gregorio XVI, se enfoca en la colección de antigüedades romanas y griegas, destacándose por su riqueza en piezas de gran valor histórico y artístico. Por su parte, el Museo Pio-Cristiano fue fundado por el Papa Pío IX en 1854 y está dedicado a la colección de arte paleocristiano. Entre sus tesoros se encuentran sarcófagos y esculturas que representan los primeros símbolos y figuras del cristianismo.
Sala de la Biga
La Sala de la Biga es una sala que exhibe una cuadriga (carro tirado por dos caballos) de mármol, una magnífica pieza que data del siglo I a.C. y que fue restaurada en el siglo XVIII.
Galería de los Candelabros y Museo Chiaramonti
La Galería de los Candelabros y el Museo Chiaramonti son dos de las secciones más impresionantes y ricas en historia dentro de los Museos Vaticanos. La Galería fue, originalmente, parte de una logia abierta, transformada en una galería cerrada en el siglo XVIII. Recibe su nombre de los grandes candelabros de mármol que adornan su recorrido. Estos candelabros, de origen romano y datados en el siglo II, fueron adquiridos durante el papado de Pío VI y se encuentran ubicados sobre pedestales a lo largo de la galería. Además de los candelabros, la galería está decorada con frescos y estatuas que representan escenas mitológicas y figuras de la antigüedad clásica.
Por su lado, el museo Chiaramonti, fundado por el Papa Pío VII (cuyo nombre de nacimiento era Barnaba Chiaramonti), es una de las galerías de esculturas más importantes del mundo. Este museo alberga una vasta colección de más de mil esculturas clásicas, principalmente de la época romana, aunque también hay algunas piezas griegas. La colección está dividida en tres partes principales: el Museo Chiaramonti propiamente dicho, el Brazo Nuevo y la Galería Lapidaria.
Brazo Nuevo
El Brazo Nuevo, una extensión del Museo Chiaramonti inaugurada en el año 1822, contiene una impresionante colección de estatuas romanas y griegas, incluyendo la famosa "Augusto de Prima Porta", una estatua de mármol que representa al emperador Augusto en una pose de orador y guerrero, así como la estatua de "Doryphoros" o portador de lanza, y el "Nilo", una representación colosal del dios del río Nilo rodeado de pequeños niños que simbolizan las 16 cubits de la crecida del río.
Estancias de Rafael
Las Estancias de Rafael en el Vaticano son un conjunto de cuatro salas que fueron pintadas por el renombrado artista del Renacimiento, Rafael, y sus discípulos. Estas salas se encuentran en el Palacio Apostólico y fueron comisionadas por el Papa Julio II a principios del siglo XVI. Las pinturas murales de estas salas son consideradas algunas de las obras maestras más importantes del arte renacentista, llenas de simbolismo y significado religioso, político y filosófico.
La Sala de Constantino es la más grande de las Estancias de Rafael y fue completada por sus discípulos después de su muerte. La sala celebra al emperador Constantino, quien legalizó el cristianismo en el Imperio Romano. El fresco principal, "La Batalla de Constantino contra Majencio", muestra la victoria de Constantino en el Puente Milvio, una victoria que atribuyó a una visión de la cruz con la inscripción "In hoc signo vinces" ("Con este signo vencerás"). Otros frescos importantes en esta sala incluyen "El Bautismo de Constantino" y "La Donación de Constantino", que representa la legendaria entrega del poder temporal sobre Roma y el Occidente al Papa Silvestre I.
La Estancia del Incendio del Borgo está dominada por el fresco que da nombre a la sala, "El Incendio del Borgo". Este fresco representa un milagro atribuido al Papa León IV, quien, según la leyenda, extinguió un incendio que amenazaba el barrio del Borgo, cercano al Vaticano, solo con su bendición. La escena no solo muestra el poder milagroso del Papa, sino también la desesperación y el caos del incendio. Otros frescos importantes en esta sala incluyen "La Batalla de Ostia", que muestra la victoria del Papa León IV sobre los sarracenos, y "La Coronación de Carlomagno" por el Papa León III, subrayando el papel central del papado en la historia europea.
Archivo y Biblioteca Apostólica
El Archivo Secreto Vaticano, recientemente renombrado como el Archivo Apostólico Vaticano, contiene documentos históricos de incalculable valor, como las cartas de Michelangelo y la correspondencia de varios papas. La Biblioteca Apostólica Vaticana, fundada en el siglo XV, alberga, por su parte, una de las colecciones más importantes de manuscritos y libros antiguos del mundo.
Sala de la Inmaculada
La Sala de la Inmaculada fue creada para celebrar la declaración del dogma de la Inmaculada Concepción, que sostiene que la Virgen María fue concebida sin pecado original. Este dogma fue proclamado solemnemente por el Papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854, un evento de gran importancia para la Iglesia Católica. Francesco Podesti, un destacado pintor italiano del siglo XIX, fue el encargado de decorar la sala. El fresco principal muestra al Papa Pío IX en el acto de proclamar el dogma de la Inmaculada Concepción. Esta escena central está rodeada de figuras de obispos, cardenales y teólogos, quienes asistieron al evento histórico en la Basílica de San Pedro. La composición destaca la autoridad papal y el consenso de la Iglesia en esta importante decisión teológica.
Pinacoteca Vaticana
La Pinacoteca Vaticana contiene una vasta colección de pinturas que abarca desde la Edad Media hasta el siglo XIX. Entre sus tesoros se encuentran obras maestras de Leonardo da Vinci, Caravaggio, Rafael y Tiziano.
Capilla Sixtina
Finalmente, la Capilla Sixtina es quizás el mayor tesoro de los Museos Vaticanos. Los frescos de Michelangelo, que cubren el techo y la pared del altar, son considerados una de las mayores obras maestras del arte occidental. La Capilla Sixtina es también el lugar donde se celebra el cónclave papal para elegir a un nuevo papa. No está permitido realizar fotografías en su interior. Si quieres disfrutar de este espacio sin aglomeraciones, puedes reservar los tours de primer acceso pulsando AQUÍ.
Cómo llegar en transporte público desde Roma al Vaticano
Llegar desde el centro de Roma hasta el Vaticano en transporte público es bastante sencillo y hay varias opciones disponibles. Aquí te explico las rutas más comunes utilizando autobús, metro y tranvía. Una de las formas más rápidas y eficientes de llegar al Vaticano es utilizando el metro. Toma la Línea A del metro (de color naranja) en dirección a Battistini. Desde varias estaciones del centro de Roma, como Termini, puedes abordar esta línea. Debes bajar en la estación "Ottaviano - San Pietro - Musei Vaticani". Una vez que salgas de la estación, estarás a solo unos minutos a pie del Vaticano. Las señales te guiarán fácilmente hacia la Plaza de San Pedro o la entrada de los Museos Vaticanos, dependiendo de lo que desees visitar primero.
Otra opción muy popular es tomar el autobús, específicamente la línea 64. Este autobús es muy utilizado por los turistas debido a su conveniente recorrido. Puedes abordar el autobús 64 en la estación de tren Termini (Stazione Termini), que es un punto central de la ciudad. Viaja hasta la parada "Piazza Stazione S. Pietro" o "Cavalleggeri/San Pietro". Ambas paradas están muy cerca de la Ciudad del Vaticano. Desde allí, solo tendrás que caminar unos pocos minutos para llegar a la Plaza de San Pedro o los Museos Vaticanos.
Independientemente del medio de transporte que elijas, asegúrate de comprar tus billetes antes de abordar el transporte. Puedes adquirirlos en quioscos, máquinas expendedoras o estaciones de metro. Recuerda validar tu billete al entrar en el metro o al subir al autobús o tranvía para evitar multas.
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