Descubre los mejores lugares que ver en Lucerna así como la mejor forma de llegar en transporte público desde Zúrich.
Lucerna se menciona por primera vez en documentos históricos en el año 840, como una posesión del monasterio benedictino de San Leodegario. Su ubicación estratégica a orillas del Lago de los Cuatro Cantones y al pie del Monte Pilatus convirtió la ciudad en un punto clave para el comercio y el tránsito. En 1178, Lucerna obtuvo su independencia del control del monasterio de Murbach y comenzó a desarrollarse como una ciudad libre. Esta independencia fue un paso importante hacia su autonomía y crecimiento económico.
En 1332, Lucerna se unió a la Confederación Suiza, que originalmente consistía en los cantones de Uri, Schwyz y Unterwalden. Esta unión fortaleció la posición de Lucerna en la región y fue crucial para su desarrollo político y militar. Durante el Renacimiento, Lucerna prosperó económicamente y se convirtió en un centro cultural y religioso. A diferencia de otras ciudades suizas que abrazaron la Reforma Protestante, Lucerna permaneció firmemente católica, lo que la convirtió en un bastión del catolicismo en Suiza.
La Revolución Industrial trajo consigo cambios significativos. Lucerna se modernizó con la construcción de infraestructura como el ferrocarril, que conectó la ciudad con otras partes de Suiza y Europa. En 1856, se inauguró el Puente de la Capilla, un emblemático puente de madera cubierto que se ha convertido en un símbolo de la ciudad. La fuerte adhesión al catolicismo y sus posiciones conservadoras, en un contexto de consolidación del poder liberal en Suiza, pudo influir en que, en el siglo XIX, se escogiese a Berna como capital de Suiza en lugar de a Lucerna. En el siglo XX, Lucerna se consolidó como un importante destino turístico. Sus paisajes pintorescos, arquitectura histórica y festivales culturales, como el Festival de Lucerna, han atraído a visitantes de todo el mundo.
Lugares que ver en Lucerna
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1. Puente de la Capilla (Kapellbrücke)
La construcción de este puente de madera data de 1333 y su principal función era defensiva, ya que servía para proteger la ciudad de posibles ataques y facilitaba el cruce del río Reuss, conectando la parte vieja de Lucerna con la orilla derecha del río. Una característica distintiva del Kapellbrücke es la Wasserturm, o Torre del Agua, una estructura octogonal que data de alrededor de 1300. A lo largo de los años, esta torre ha tenido múltiples usos, incluyendo funciones de torre de vigilancia, prisión, cámara de tortura y archivo municipal.
En el siglo XVII, se añadieron al puente unas pinturas triangulares bajo su techo a dos aguas. Estas obras de arte representan escenas de la historia de Suiza y de Lucerna, así como eventos bíblicos, y se han convertido en uno de los aspectos más reconocibles del puente. El 18 de agosto de 1993, el Kapellbrücke sufrió un devastador incendio que destruyó gran parte de su estructura y muchas de las pinturas originales. Se determinó que la causa del incendio fue un cigarrillo encendido dejado en una de las embarcaciones ancladas bajo el puente. La reconstrucción comenzó rápidamente y el puente fue restaurado y reabierto al público en abril de 1994. Durante la restauración, se utilizaron técnicas tradicionales y materiales similares a los originales para preservar la autenticidad histórica del puente.
2. Iglesia Jesuita (Jesuitenkirche)
La historia de la Iglesia Jesuita comienza en el siglo XVII, en un período de la Contrarreforma cuando los jesuitas fueron llamados a Lucerna para fortalecer el catolicismo en respuesta a la creciente influencia de la Reforma Protestante. La construcción de la iglesia fue promovida por el padre jesuita Christoph Vogler y financiada en gran parte por donaciones de familias nobles de la región. La primera piedra se colocó en 1666 y la iglesia fue consagrada en 1677, aunque las torres no se completaron hasta 1893. El diseño original fue obra del arquitecto suizo Heinrich Mayer y sigue el estilo barroco, caracterizado por su opulencia y detalles ornamentales.
El interior de la Jesuitenkirche es igualmente impresionante, con un altar mayor ricamente decorado, estatuas y frescos que representan escenas de la vida de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús. El techo presenta elaborados estucos y frescos que ilustran eventos bíblicos y figuras de santos, todos realizados por artistas de la época que buscaban inspirar devoción y piedad entre los fieles.
A lo largo de los siglos, la iglesia ha experimentado varias renovaciones y restauraciones para preservar su estructura y arte. A mediados del siglo XVIII, se añadieron elementos rococó, y en el siglo XIX, se realizaron esfuerzos para restaurar el interior a su esplendor original después de años de desgaste.
La Jesuitenkirche no solo ha sido un centro de actividad religiosa, sino también un lugar importante para la educación y la cultura. Los jesuitas establecieron un colegio adyacente que se convirtió en un centro educativo prominente, formando a muchas generaciones de jóvenes en Lucerna.
3. Puente de los Molinos (Spreuerbrücke)
El Puente de los Molinos es uno de los puentes de madera más antiguos de la ciudad y posee una rica historia que data de la Edad Media. Fue construido en 1408 como parte de las defensas de la ciudad y para conectar la ribera derecha del río Reuss con la Mühlenplatz, una plaza importante en Lucerna. Su nombre proviene de la palabra "Spreu," que significa paja o tamo, ya que era el único lugar en la ciudad donde se permitía arrojar paja al río.
El puente destaca por sus notables paneles pintados, conocidos como la "Danza de la Muerte" (Totentanz), añadidos entre 1626 y 1635. Estas pinturas fueron realizadas por Kaspar Meglinger y representan escenas alegóricas de la muerte, un recordatorio de la inevitabilidad de la misma y una reflexión sobre la vida humana. Cada panel está acompañado por explicaciones en alemán que detallan la escena representada.
El Spreuerbrücke ha sido objeto de diversas restauraciones a lo largo de los siglos para mantener su estructura y sus valiosas pinturas. Una de las renovaciones más significativas se llevó a cabo en el siglo XVIII, cuando se añadieron elementos barrocos para reforzar el puente y preservar las pinturas.
En 1889, una fuerte inundación causó daños significativos al puente, pero fue reconstruido y restaurado para devolverle su aspecto original.
4. La muralla (Museggmauer)
Construida en el siglo XIV como parte de las fortificaciones de la ciudad, la muralla se erigió para proteger a Lucerna de posibles invasiones y consolidar su posición estratégica en la región. La construcción de la Museggmauer comenzó en 1386, después de la Batalla de Sempach, un conflicto crucial en el que las fuerzas de Lucerna y sus aliados de la Confederación Suiza derrotaron al ejército de los Habsburgo. Esta victoria fortaleció la independencia de Lucerna y llevó a la necesidad de fortificar la ciudad.
La muralla originalmente incluía más de 30 torres, pero solo nueve han sobrevivido hasta la actualidad. Entre las torres más destacadas se encuentran la Torre de Zyt (Zytturm), la Torre de Männli (Männliturm), la Torre de Wacht (Wachtturm) y la Torre de Schirmer (Schirmerturm). La Zytturm es especialmente notable porque alberga un reloj de 1535, que tiene el privilegio de sonar un minuto antes que todos los demás relojes de la ciudad.
La Museggmauer no solo servía como defensa militar, sino que también tenía funciones civiles, incluyendo la regulación de entradas y salidas de la ciudad, así como la recaudación de peajes y la supervisión del comercio. En el siglo XIX, algunas secciones de la muralla fueron demolidas para permitir la expansión de la ciudad. Sin embargo, las secciones restantes fueron preservadas y hoy en día, la Museggmauer y sus torres se consideran importantes monumentos históricos y arquitectónicos. Algunas de las torres están abiertas al público y ofrecen vistas panorámicas de Lucerna y su entorno.
5. Monumento al León (Löwendenkmal)
Es uno de los monumentos más emblemáticos y conmovedores de Lucerna. Fue esculpido en 1820-1821 por el escultor danés Bertel Thorvaldsen y tallado en piedra por el escultor alemán Lucas Ahorn. El monumento conmemora a los guardias suizos que murieron durante la Revolución Francesa, específicamente durante el asalto al Palacio de las Tullerías en París el 10 de agosto de 1792.
El contexto histórico del monumento se remonta al servicio de los guardias suizos como protectores del rey Luis XVI de Francia. Cuando el palacio fue atacado por revolucionarios, los guardias suizos defendieron valientemente al rey y su familia, sufriendo grandes pérdidas. Cerca de 800 guardias murieron en el enfrentamiento, y muchos otros fueron capturados y posteriormente ejecutados.
La idea de erigir un monumento en su memoria fue propuesta por Karl Pfyffer von Altishofen, un oficial suizo que había estado al servicio del rey en Francia y que se encontraba en Lucerna en el momento del ataque. Pfyffer von Altishofen organizó una campaña de recaudación de fondos para financiar el proyecto, y encargó a Thorvaldsen el diseño de la escultura.
El Monumento al León está tallado directamente en un acantilado de arenisca en el parque de los Glaciares de Lucerna. La escultura representa a un león moribundo, que yace sobre un escudo de la monarquía francesa y junto a un escudo con el emblema suizo. La expresión del león es de profundo dolor y sufrimiento, lo que transmite la tragedia de los guardias caídos. Una inscripción debajo de la escultura reza "Helvetiorum Fidei ac Virtuti," que se traduce como "A la lealtad y valentía de los suizos."
¿Cómo llegar a Lucerna desde Zúrich en transporte público?
Sin lugar a dudas, la mejor opción para cubrir el trayecto entre estas dos ciudades es el tren. El viaje en este medio es una experiencia pintoresca y cómoda, que permite a los pasajeros disfrutar de los hermosos paisajes suizos mientras se trasladan entre dos de las ciudades más importantes del país. La duración del viaje es relativamente corta, con un tiempo promedio de aproximadamente 45 minutos a 1 hora.
El recorrido comienza en la Estación Central de Zúrich (Zürich Hauptbahnhof, abreviada como Zürich HB), una de las estaciones de tren más grandes y concurridas de Europa. Esta estación es un importante centro de transporte, ofreciendo conexiones nacionales e internacionales. Al abordar el tren en Zúrich HB, los pasajeros pueden esperar un viaje tranquilo y eficiente, ya que los trenes suizos son conocidos por su puntualidad y comodidad. El tren sale de Zúrich y pronto deja atrás el bullicio urbano para adentrarse en el paisaje rural. Los primeros tramos del viaje ofrecen vistas de las afueras de Zúrich y pequeños pueblos. A medida que el tren avanza, los pasajeros pueden disfrutar de la belleza de los prados verdes, colinas onduladas y, en algunos puntos, del reluciente Lago de Zúrich.
El tren generalmente hace paradas en varias estaciones, dependiendo del tipo de servicio (intercity, regional, etc.). Las paradas más comunes en esta ruta pueden incluir Zürich Altstetten y Zug. Después de Zug, el tren continúa hacia el sur, acercándose a las montañas y al hermoso Lago de los Cuatro Cantones. La aproximación a Lucerna ofrece impresionantes vistas de las montañas y el lago, un preludio de la belleza de la ciudad.
Finalmente, el viaje culmina en la Estación Central de Lucerna (Luzern Bahnhof). Esta estación está convenientemente situada en el corazón de la ciudad, cerca del lago y de muchas de las principales atracciones turísticas, como el Kapellbrücke y la Iglesia Jesuita. La estación de Lucerna es moderna y bien equipada, facilitando el acceso a transporte público, taxis y servicios turísticos.
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